AMÉRICA LATINA (IPCC)

QUINTO INFORME DE EVALUACION DEL IPCC, OFRECE LOS SIGUIENTES MENSAJES CLAVE PARA LATINOAMÉRICA.

“Cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenioanterior desde 1850.” IPCC

IPCC, QUINTO INFORME, 2014

Acerca del Quinto Informe de Evaluación del IPCC El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha realizado la evaluación del cambio climático más completa hasta la fecha. El Quinto Informe de Evaluación (http://www.ipcc.ch), publicado por el IPCC en cuatro partes entre septiembre de 2013 y noviembre de 2014, es el resultado del trabajo de 830 expertos provenientes de 85 países.

En el informe se examinan las pruebas científicas sobre las tendencias y las causas del cambio climático, los riesgos para los sistemas naturales y humanos y las opciones de adaptación y mitigación. Según el IPCC, la organización procura que su labor sea “pertinente para la adopción de políticas y, sin embargo, neutral, nunca preceptiva”. El resultado de dicha labor mejora nuestra comprensión de la interacción entre los seres humanos y el medio ambiente: la manera en que nuestras acciones afectan al clima global y las medidas que podemos adoptar al respecto. Los Grupos de trabajo del IPCC que publican los informes que constituyen el Quinto Informe de Evaluación (véase el gráfico: Así funciona el IPCC) son los siguientes: Grupo de trabajo I (la ciencia física del cambio climático), Grupo de trabajo II (impacto, adaptación y vulnerabilidad) y Grupo de trabajo III (mitigación del cambio climático).

El cuarto informe es una síntesis de los resultados. Si bien todos los informes suman miles de páginas, cada Grupo de trabajo produce un Resumen para responsables de políticas en el que se presentan las principales conclusiones en forma más concisa. Los representantes de más de 190 gobiernos examinan y negocian los resúmenes en detalle durante un encuentro de una semana. Una vez que los gobiernos aprueban cada Resumen, el IPCC los publica junto con los informes científicos completos.

Es posible acceder a las partes que componen el Quinto Informe de Evaluación en los siguientes enlaces: Grupo de trabajo I: La Ciencia física www.climatechange2013.org Grupo de trabajo II: Impactos, adaptación y vulnerabilidad www.ipcc.ch/report/ar5/wg2 Grupo de trabajo III: Mitigación del cambio climático www.ipcc.ch/report/ar5/wg3/ Informe de síntesis www.ipcc.ch/report/ar5/syr/

 Artículo completo: https://cdkn.org/wp-content/uploads/2014/12/INFORME-del-IPCC-Que-implica-para-Latinoamerica-CDKN.pdf

 

   

El Quinto Informe de Evaluación identifica un conjunto de riesgos relacionados con el clima para América Latina, a saber:

La disponibilidad de agua, las inundaciones y los deslizamientos de tierra: La disponibilidad de agua en las regiones semiáridas y dependientes del deshielo de los glaciares y también en América Central se verán afectados por la reducción de la capa de nieve, precipitaciones extremas, el aumento de las temperaturas y la sequía (nivel de confianza alto). Las zonas urbanas y rurales se verán afectadas por inundaciones y deslizamientos de tierra debido a las precipitaciones extremas (nivel de confianza alto). Se prevé que continúen los cambios en la escorrentía en el futuro próximo en América Latina, que ya afecta a las regiones vulnerables (nivel de confianza alto).

Disminución de la producción y la calidad de los alimentos:

El IPCC concluye con un nivel de confianza medio que la producción alimentaria y la calidad de los alimentos disminuirán debido a una serie de factores climáticos que incluyen a las precipitaciones y las temperaturas extremas.

El aumento de la demanda mundial de alimentos y biocombustibles generó un fuerte aumento de la producción agrícola en América Latina, una tendencia que se prevé que continúe en el futuro. Sin embargo, se espera que los cambios en la productividad agrícola con consecuencias para la seguridad alimentaria varíen considerablemente en toda la región (nivel de confianza medio). En el sudeste de América del Sur, donde las proyecciones indican que se registrarán más precipitaciones, la productividad media podría sostenerse o incrementarse hasta mediados de siglo (nivel de confianza medio). Pero en América Central, el noreste de Brasil y partes de la región andina el aumento de la temperatura y la disminución de las precipitaciones podrían disminuir la productividad agrícola en el corto plazo (para 2030), amenazando la seguridad alimentaria de la población más pobre. Teniendo en cuenta que en el futuro América del Sur será una región clave para la producción de alimentos, uno de los retos será aumentar la calidad de los alimentos y de la producción, y a la vez mantener la sostenibilidad del medio ambiente en un clima cambiante.

Propagación de enfermedades: El IPCC considera con un nivel de confianza alto que las enfermedades transmitidas por vectores se propagarán en todas las altitudes y latitudes de la región, debido al cambio en la temperatura y la precipitación media y extrema. El IPCC concluye con un nivel de confianza muy alto que el cambio climático está asociado con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, enfermedades transmitidas por vectores y el agua (por ejemplo: malaria, dengue, fiebre amarilla, leishmaniasis, cólera y otras enfermedades diarreicas), hantavirus y rotavirus, enfermedad renal crónica y trauma psicológico. Las vulnerabilidades varían en toda la región en función de la edad, el género, la raza, la etnia y la situación socioeconómica, y aumentan en particular en las grandes ciudades (nivel de confianza muy alto). El cambio climático aumentará los riesgos actuales y futuros de la salud, dadas las tasas de crecimiento demográfico de la región y las vulnerabilidades existentes en la salud, los sistemas de agua, saneamiento y recolección de residuos, la nutrición, contaminación y producción de alimentos en las regiones pobres (nivel de confianza medio). Las amenazas considerables que señala el IPCC podrían socavar el progreso alcanzado en los últimos decenios por los países de América Latina en la lucha contra la pobreza, así como el aumento del crecimiento económico. La adaptación puede reducir estos riesgos y aportar beneficios inmediatos. 

MEDIDAS PREVENTIVAS

 

En América Latina, los gobiernos, las empresas y las comunidades tendrán que adoptar estrategias de corto y de largo plazo para la gestión de los riesgos climáticos. En el corto plazo, la integración de la adaptación al clima y la reducción del riesgo de desastres ayudarán a soportar los efectos adversos en la seguridad humana y el desarrollo económico, de los cuales puede ser costoso recuperarse.

El bajo nivel de adaptación al cambio climático en los países de América Latina se demuestra en el hecho de que las respuestas a los desastres son principalmente reactivas más que preventivas. Se puede hacer mucho para prever y reducir el riesgo, en lugar de reaccionar después de que se produjeron los impactos. Algunos sistemas de alerta temprana se están aplicando, pero con frecuencia la capacidad de respuesta a la advertencia es limitada, sobre todo entre las poblaciones más pobres. Debe continuar el apoyo a las operaciones eficaces de respuesta y recuperación en casos de desastre, junto con las medidas proactivas de reducción del riesgo. Estas incluyen la integración de las evaluaciones detalladas de los riesgos y las medidas para su reducción en la política económica y de desarrollo nacional.

El desarrollo y la aplicación de estrategias de adaptación sistémica, que incluyan la participación de componentes institucionales, sociales, ecosistémicos, ambientales, financieros y de capacidad para reducir la vulnerabilidad ante los actuales fenómenos extremos del clima es un paso fundamental hacia la adaptación al cambio climático en América Latina.

A más largo plazo, los gobiernos, las empresas y las comunidades necesitan no solo prepararse para los tipos de impactos climáticos experimentados en el presente, sino también para impactos y fenómenos extremos climáticos diferentes y más intensos. Existen buenas razones para empezar ahora con el proceso de adaptación a estos riesgos de más largo plazo. El IPCC advierte que no hay que prestar demasiada importancia a los resultados a corto plazo o de prever las consecuencias de manera insuficiente. Dado que el cambio climático atraviesa las fronteras sectoriales, los programas de desarrollo mal concebidos o las estrategias de adaptación en sectores específicos podrían reducir la resiliencia en otros sectores o ecosistemas.

Algunas vías del desarrollo, como la rápida urbanización de las zonas costeras, pueden aumentar la vulnerabilidad de ciertos grupos al futuro cambio climático. Entre las medidas para reducir los riesgos relacionados con el clima en el largo plazo se puede incluir el proporcionar viviendas, infraestructura o servicios adecuados, o la integración del cambio climático a los procesos de planificación.

Los enfoques basados en los riesgos para la toma de decisiones proporcionan una base útil para evaluar posibles oportunidades, restricciones y limitaciones asociadas con la adaptación de los sistemas humanos y naturales (nivel de acuerdo alto, evidencia media). La gestión del riesgo enmarca las consecuencias del cambio climático y las posibles respuestas de adaptación en el contexto de los valores, objetivos y horizontes de planificación de la población, mientras se toman decisiones en condiciones de incertidumbre. Afrontar situaciones nuevas puede exigir enfoques nuevos, como la gobernanza del riesgo en varios niveles asociada a la descentralización en la toma de decisiones y la responsabilidad.

 

 

 

Para limitar la magnitud y reducir los riesgos del cambio climático a largo plazo es necesario comenzar a aplicar de inmediato medidas ambiciosas de mitigación a nivel mundial. La demora en la aplicación de esas medidas no solo supondrá un aumento de los costos de adaptación, sino también de las dificultades para la transición global a una trayectoria de desarrollo con bajas emisiones, en la medida en que los países invierten en infraestructura de bajo costo pero potencialmente intensiva en carbono.

Entre el 15% y el 40% del dióxido de carbono emitido permanecerá en la atmósfera durante más de 1.000 años. Esto representa un gran desafío intergeneracional en cuanto a los derechos y las responsabilidades para tomar medidas para combatir el cambio climático. En el Quinto Informe de Evaluación se establece un presupuesto global de carbono: para limitar el calentamiento global medio a menos de 2°C, el total de emisiones derivadas de la actividad humana no debería exceder las 800 a 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono-equivalente. Hasta la fecha las actividades humanas han generado 500 gigatoneladas.

Los gobiernos han prometido limitar el calentamiento a 2°C por encima de los niveles preindustriales. Superado ese umbral, los impactos del cambio climático se vuelven graves e imposibles de controlar. Una drástica reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo limitaría el calentamiento a 2°C con respecto a los niveles preindustriales y evitaría el peligroso cambio climático. De acuerdo con el IPCC, en el marco de esta ambiciosa hipótesis, las emisiones en América Latina alcanzarían el punto máximo en 2030 y luego disminuirían hasta alcanzar, en 2040, un incremento del 1% con respecto a la actualidad.

Entre las principales causas de las emisiones en América Latina se encuentran el uso de energía basada en combustibles fósiles, el aumento de la población y el crecimiento económico. La tasa de crecimiento de las emisiones del 0,8% entre 2000 y 2010 es baja con respecto al nivel mundial. Si bien el total de emisiones es el más bajo de todas las regiones, los niveles de emisión per cápita siguen siendo más altos que en África y Asia. Por lo tanto, la reducción global de las emisiones no debería ser tan grande como en las demás regiones del mundo, de modo que las medidas de mitigación se concentrarían más en mantener los bajos niveles de emisiones que en reducirlos.

La necesidad de una drástica reducción de las emisiones para limitar el calentamiento al umbral de 2°C es uno de los principales temas de la sección sobre mitigación del cambio climático del Quinto Informe de Evaluación. El calentamiento de 2°C por sí solo representaría una grave amenaza al crecimiento económico y al desarrollo humano en América Latina.

 

El IPCC afirma que existe una gran complementariedad entre la adaptación, la mitigación y el desarrollo compatible con el cambio climático y presenta abundantes pruebas que sostienen esa afirmación. Muchas trayectorias de desarrollo sostenible combinan enfoques de adaptación, mitigación y desarrollo. Las actividades de mitigación del cambio climático, gestionadas cuidadosamente para que no introduzcan nuevos riesgos para el desarrollo, pueden proporcionar múltiples beneficios en el ámbito de la seguridad energética y otras metas sociales. Algunos ejemplos demuestran las posibles sinergias entre la planificación de medidas de desarrollo, adaptación y mitigación, que pueden ayudar a los gobiernos y las comunidades locales a asignar en forma eficiente los recursos disponibles para la formulación de estrategias de reducción de la vulnerabilidad.

Por ejemplo, el pago por servicios ambientales (PSA) supone compensaciones o pagos condicionados a los proveedores voluntarios que pueden asegurar servicios ambientales como la regulación de las corrientes de agua dulce, el almacenamiento de carbono o el suministro de un hábitat para la biodiversidad y la belleza paisajística, entre otros.

La asignación de valores a estos servicios y la formulación de acuerdos de conservación basados en ellos puede ser una manera eficaz para ayudar a las comunidades locales a adaptarse al cambio climático. Al mismo tiempo, puede ayudar a proteger áreas naturales y a mejorar la subsistencia y el bienestar humanos (nivel de confianza medio).

Sin embargo, la aplicación de esas iniciativas a escala continental requiere que los ciudadanos y los gobiernos latinoamericanos se enfrenten al desafío de construir nuevos modelos de gobernanza, en los que las imperiosas necesidades de desarrollo y las estrategias de adaptación y reducción de la vulnerabilidad a las variaciones climáticas estén realmente entrelazadas.

La cooperación internacional es fundamental para prevenir el peligroso cambio climático y los gobiernos latinoamericanos pueden promover medidas ambiciosas a nivel mundial Desde la creación del IPCC en 1992, su labor ha permitido una mejor comprensión de la ciencia del clima y ha ofrecido un panorama más completo de las vulnerabilidades en distintas partes del mundo. El IPCC ha examinado una serie de opciones de políticas y su aplicación en distintos contextos nacionales. En el Quinto Informe de Evaluación se brindan las pruebas científicas del cambio climático más sólidas hasta la fecha, se indica que limitarse a esperar o no hacer nada ya no son opciones válidas y se presentan argumentos convincentes para la acción mundial inmediata frente al cambio climático.

Esto se debe reflejar en los procesos políticos. Para garantizar que se tomen las decisiones correctas ahora es necesario que todos los gobiernos participen en las negociaciones mundiales sobre el clima con miras a alcanzar una solución colectiva. Reconocer que todos deben realizar esfuerzos y destinar recursos financieros para invertir en programas de adaptación e infraestructura de bajas emisiones es importante para llegar a un acuerdo a nivel mundial.

Con esa finalidad, los gobiernos de los países desarrollados se han comprometido a movilizar en forma conjunta 100.000 millones de dólares al año de diversas fuentes para 2020 a fin de promover medidas de adaptación y mitigación en los países en desarrollo. Si bien hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo sobre cómo asignar los fondos entre las medidas de mitigación y adaptación, o entre las distintas regiones y países en desarrollo, está claro que los países de América Latina necesitan recursos para desarrollar marcos y capacidades de adaptación viables e importantes obras de infraestructura para el desarrollo. La asignación de fondos a través del Fondo Verde para el Clima u otros programas es una manera de movilizar recursos para apoyar las iniciativas de adaptación y mitigación, en particular en los países de bajos ingresos de la región.

Artículo completo: https://cdkn.org/wp-content/uploads/2014/12/INFORME-del-IPCC-Que-implica-para-Latinoamerica-CDKN.pdf