2.2.4. Inundaciones

 

Cuando el agua cubre una zona del terreno durante un cierto tiempo se forma una inundación. Las inundaciones pueden ocurrir por lluvias intensas en la cuenca, por desbordamiento de ríos, ascenso del nivel medio del mar, por la rotura de bordos, diques y presas, o bien, por las descargas de agua de los embalses.

 

Las inundaciones causan la erosión del suelo y depósito de sedimentos. También afectan a los cultivos y a la fauna.

 

Entre los factores importantes que condicionan a las inundaciones están la distribución espacial de la lluvia, la topografía, las características físicas de los arroyos y ríos, las formas y longitudes de los cauces, el tipo de suelo, la pendiente del terreno, la cobertura vegetal, el uso del suelo, la ubicación de presas y las elevaciones de los bordos de los ríos. Debido a su ubicación geográfica en México, una de las causas de las lluvias intensas que generan inundaciones son los ciclones tropicales.

 

Existen diferentes tipos de inundaciones provocadas por lluvias intensas, según las características geomorfológicas del terreno, como la pendiente y la cobertura vegetal.

 

Las inundaciones se clasifican como sigue:

 

1. Inundaciones pluviales (por precipitaciones en cuencas con escasa o nula pendiente).

2. Inundaciones fluviales (por desbordamiento de ríos).

Se deben al escurrimiento formado por

  1. a) precipitaciones
  2. b) obstrucción de cauces
  3. c) invasión de cauces
  4. d) acción de las mareas

1. Inundaciones por rotura o la operación incorrecta de obras hidráulicas.

2. Inundaciones costeras (por el ingreso de agua marina a la costa por la marea de tormenta de huracanes o por la llegada de un tsunami).

 

Para el estudio de las inundaciones, se deben considerar los aspectos principales que influyen en toda una región de forma conjunta o integral. De otro modo, al disminuir la inundación en una parte de la región, se puede provocar una más desfavorable, en otra donde no existía este exceso de agua.

 

Cuando en un río se incrementa en poco tiempo la cantidad de agua que fluye en él, ya sea por el ingreso de agua de lluvia o por las descargas de una presa, se dice que se ha producido una avenida. Ésta podría originar la inundación cuando el nivel de agua del río se excede en las elevaciones de las márgenes de su cauce. Dependiendo de la rapidez con que se presenta el cambio en la cantidad de agua, se puede hablar de avenidas súbitas, las cuales tienen un fuerte efecto destructivo debido a que concentran en un lapso corto una gran cantidad de agua con una fuerte velocidad que las hace muy destructivas.

 

El rompimiento de presas puede ser el resultado de una inundación. Es muy importante estudiar los efectos de un rompimiento potencial de las presas en la zona aguas abajo de ellas, sobre todo cuando existen poblados.

 

Se puede afirmar que en cualquier región de México existe la posibilidad de sufrir inundaciones; sin embargo, las inundaciones más frecuentes se dan en las partes bajas o frente a las costas.

 

Un importante fenómeno hidrológico asociado al escurrimiento, poco estudiado en México, que puede causar daños de importancia es el escurrimiento súbito, el cual  se describe a continuación.

 

Escurrimientos súbitos

Son escurrimientos con un cambio muy rápido en la cantidad de agua que está fluyendo. Se generan a partir de lluvias intensas que duran varias horas, por la falla o ruptura de alguna estructura de contención (natural o artificial), o bien, por la descarga del agua desde una presa. En cualesquiera de estos eventos las corrientes tienen una gran velocidad.

Los principales factores que contribuyen al fenómeno de escurrimientos súbitos son los siguientes:

  • Intensidad de la lluvia. Se refiere a la altura de la lámina de precipitación que se presenta en un intervalo de tiempo corto (24 horas).
  • Saturación del suelo. Estado que presenta el suelo cuando se ocupan sus vacíos con agua y la infiltración es pequeña (capacidad de campo).
  • Pendiente del terreno. En los suelos con fuerte inclinación de la superficie, el escurrimiento superficial se desarrolla con velocidades grandes, por lo que se pueden transportar distintos tipos de sólidos.

Un escurrimiento súbito frecuentemente produce inundaciones, ocurren después de que se inicia la precipitación, o poco después de la falla de una presa o del desbordamiento de un río.

En ciudades como la de México, en la zona poniente, se presenta con frecuencia una precipitación intensa en zonas de topografía abrupta. De igual modo, en la costa de Chiapas, Acapulco, Guerrero, Sierra Norte de Puebla y en la Península de Baja California, entre otras, existen regiones que son afectadas por este tipo de eventos.

Debido a la naturaleza del fenómeno, es difícil realizar el pronóstico de los escurrimientos súbitos. Sin embargo, se ha estudiado la relación entre las lluvias intensas y las estructuras físicas de las nubes que provocan precipitaciones de más de 100 mm en 24 horas. Para su análisis se determinan las características de las precipitaciones (intensidad, duración, extensión y efectos) y se clasifican los sistemas de nubes asociados.

Además, para el pronóstico de inundaciones es necesario conocer el estado inicial del suelo, el contexto morfológico de la cuenca en estudio, la ocupación del suelo y las poblaciones e infraestructuras expuestas, de tal manera que se tenga una base de datos permanente. Esta etapa es indispensable para la prevención de desastres por avenidas súbitas.

 

Erosión

En términos prácticos el suelo se considera, como un recurso no renovable, ya que su formación requiere de muchos años. La erosión tiene principalmente dos aspectos desfavorables; la pérdida de suelo (que implica la disminución de su calidad para la agricultura) y el azolvamiento de las presas (se deposita en ellas el suelo removido) lo que disminuye la capacidad de almacenar agua.

En México la mayor pérdida de suelo se produce por la lluvia, aunque la mano del hombre es otro factor importante que influye en este proceso (tala inmoderada de bosque, cambio de uso de suelo, etc.). La erosión comienza con el golpe de las gotas de lluvia sobre el suelo y continúa por el desgaste del terreno que ocasionan los flujos de agua que se generan tanto en las laderas de las montañas como en los cauces de los ríos.

La erosión corresponde al desprendimiento del suelo debido a la acción de la lluvia, el viento o el oleaje. La cantidad del material que se separa del terreno depende de varios factores como son su tipo, la cubierta vegetal y el grado de intemperismo.

El proceso de erosión del suelo de una región es lento, no se aprecia a corto plazo sino hasta que se encuentra en una fase avanzada, cuando se ha perdido gran parte del suelo fértil. Cuando se abren caminos, se desmontan áreas para campos de cultivo, se explotan irracionalmente los bosques o se amplían las zonas urbanas, se altera el equilibrio natural del suelo y ello puede provocar su erosión.

En ocasiones, el transporte de sedimentos en los cauces se junta con el arrastre de troncos, rocas y otros objetos (flujo de escombros). Éste se presenta en cuencas pequeñas con gran pendiente debido a la ocurrencia de lluvias continuas intensas con duración menor a 36 horas. Un ejemplo de este tipo de flujo es el que ocurrió en 1997 en Acapulco debido a las lluvias del huracán Pauline.

La erosión por lluvia se presenta principalmente en las zonas de topografía irregular y con pendientes del terreno fuertes; como ambas situaciones predominan en México, existe una tendencia a generarse esta degradación del suelo.

En México existen zonas que por su ubicación geográfica son más susceptibles a la erosión; sin embargo, el mayor grado de afectación lo ha estado produciendo el hombre. Históricamente en los estados de México, Tlaxcala y Oaxaca se han presentado fuertes erosiones del terreno.

Se ha observado que cuando los suelos se empobrecen por el efecto de erosión, o bien cuando éstos han desaparecido, se abandonan dichos lugares por no ser redituable la producción de los cultivos y se buscan otros sitios que a su vez pueden degradarse más fácilmente cuando se dediquen a la agricultura, formándose así un círculo vicioso.