Monitor de Sequías en México (por municipios descargar resúmen al final de la página)
Servicio Meteorologico Nacional
(Actualización dias 15 y 30 de cada mes)
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La sequía según la FAO.
Los desastres y la inseguridad alimentaria están directamente interconectados. Sequías, inundaciones, huracanes, tsunamis y otros fenómenos pueden acabar con los alimentos, destruir la agricultura, la ganadería, la pesca, las infraestructuras para el procesamiento de los alimentos, los bienes e insumos y, por ende, la capacidad productiva. Estos episodios impiden el acceso a los mercados, el comercio y el suministro de alimentos, reducen los ingresos, agotan los ahorros y erosionan los medios de vida. La sequía, las plagas y enfermedades vegetales como las plagas de langostas o la gardama, las enfermedades animales como la peste porcina africana y la contaminación o adulteración de los alimentos tienen un impacto económico directo al reducir o eliminar la producción agrícola, afectando negativamente a los precios, el comercio y el acceso al mercado y disminuyendo los ingresos y el empleo agrícola. Las crisis económicas como el alza del precio de los alimentos reducen los ingresos reales, fuerzan a los más pobres a vender sus bienes, disminuyen el consumo de alimentos, reducen la diversidad de la dieta y el acceso a alimentos seguros y de calidad.
Los desastres crean trampas de pobreza que aumentan la prevalencia de la inseguridad alimentaria y malnutrición.
La FAO, a través de sus numerosas unidades especializadas, realiza un seguimiento de la evolución de estos fenómenos y facilita indicaciones tempranas y advertencias sobre los posibles impactos en la agricultura y la seguridad alimentaria. Uno de estos fenómenos es la ocurrencia periódica de El Niño. Durante los episodios de El Niño los patrones habituales de precipitaciones y circulación atmosférica se ven alterados, desencadenando episodios climáticos extremos en distintos lugares del planeta: sequías, inundaciones y cambios en la intensidad y frecuencia de los huracanes. La agricultura es uno de los principales sectores de la economía que podría verse severamente afectado por el fenómeno de El Niño. La FAO hace un seguimiento del fenómeno de Oscilación Sur de El Niño (ENSO), entre otros fenómenos meteorológicos relacionados, prestando especial atención a los potenciales impactos sobre el sector agrícola. FAO-SMIA comunica los desarrollos durante el periodo de gestación y lanza alertas y advertencias cuando resulta oportuno. El objetivo de este estudio es mejorar nuestra comprensión del fenómeno de El Niño utilizando el Sistema del Índice de Estrés Agrícola de la FAO (ASI, siglas en inglés). El FAO-ASI, desarrollado con el apoyo del Programa de mejora de la gobernanza mundial para la reducción del hambre de la UE/FAO, se basa en datos de teledetección remota que destacan anomalías en el crecimiento de la vegetación y potenciales sequías en tierras cultivables durante una determinada estación agrícola. Este estudio ha sido desarrollado bajo el auspicio del nuevo Marco estratégico de
La FAO, concretamente bajo el Objetivo Estratégico nº 5 “Aumentar la resiliencia de los
medios de vida ante las amenazas y crisis”, y el área principal de trabajo sobre fenómenos naturales. Esperamos que los resultados de este estudio promuevan otros debates para seguir entendiendo el fenómeno de El Niño más allá de la bibliografía existente. Ello serviría, a cambio, para mejorar la eficacia de la alerta temprana de la FAO y sus socios para poner en marcha puntualmente las medidas adecuadas de reducción del riesgo de desastres.
Fuente: http://www.fao.org/3/a-i4251s.pdf
Definición de las sequías PRONACOSE.
Sequía meteorológica:
Basada Sequía meteorológica en datos climáticos, es una expresión de la desviación de la precipitación respecto a la media durante un período de tiempo determinado. Ante la dificultad de establecer una duración y magnitud del déficit pluviométrico válidas para diferentes áreas geográficas, algunas definiciones de sequía optan por no especificar umbrales fijos. Por ejemplo, Palmer (1965) define sequía meteorológica como el «intervalo de tiempo, generalmente con una duración del orden de meses o años, durante el cual el aporte de humedad en un determinado lugar cae consistentemente por debajo de lo climatológicamente esperado o del aporte de humedad climatológicamente apropiado», mientras que Russell et al. (1970) son más concisos: «Falta prolongada de precipitación, inferior a la media».
En la mayoría de casos, las definiciones de sequía meteorológica presentan información específica para cada región particular, que varía en función de las características del clima regional. Por tanto, es imposible extrapolar una definición de una región a otra:
- INDONESIA (BALI): «Período de seis días sin lluvias» (Hudson y Hazen, 1964).
- ESPAÑA: «En las diferentes cuencas hidrográficas españolas pueden considerarse años secos aquellos cuya precipitación experimenta la siguiente reducción respecto a la media anual: Cantábrico, Duero y Ebro, 15-25%; Guadalquivir, 20-25%; Guadiana/Tajo, 30%; Levante y Sureste, 40-50%» (Olcina, 1994).
- GRAN BRETAÑA: «Período de al menos quince días consecutivos con precipitación diaria inferior a 0,25 mm» (Goudie, 1985).
- INDIA: «Situación en la que la precipitación estacional anual es deficiente en, al menos, dos veces la desviación típica» (Ramdas, 1960).
- INDIA (Indian Meteorological Office): «La precipitación es inferior al 80% de los niveles normales» (Dhar et al., 1979).
- LIBIA: «Precipitación anual inferior a 180 mm» (Hudson y Hazen, 1964).
- NORDESTE DE BRASIL: «Precipitaciones mensuales durante el período lluvioso inferiores a 100 mm, o inferiores al 80% de la media a lo largo de 90 días, durante los cuales se producen intervalos superiores a 10 días con valores inferiores a 10mm» (SUDENE, 1981).
- URSS: «Período de 10 días con una lluvia total que no excede 5 mm» (Krishnan,1979).
Algunas propuestas no sólo contemplan la precipitación, sino que añaden la incidencia de la evapotranspiración, con lo cual crean confusión con la definición de déficit hídrico, que forma parte del ciclo climático anual y no tiene por qué constituir una situación de sequía.
Tal es el caso de Rind et al. (1990), que definen sequía meteorológica como «la condición resultante de un exceso de demanda atmosférica de humedad respecto a su aporte(ETP>P)».
Sequía agrícola:
Por ser el primer sector económico que resulta afectado por la escasez de precipitaciones, la agricultura adquiere una especial relevancia en relación con la sequía. Así, se produce una sequía agrícola cuando no hay suficiente humedad en el suelo para permitir el desarrollo de un determinado cultivo en cualquiera de sus fases de crecimiento.
Dado que la cantidad de agua es diferente para cada cultivo, e incluso puede variar a lo largo del crecimiento de una misma planta, no es posible establecer umbrales de sequía agrícola válidos ni tan siquiera para una única área geográfica. Aun así, Kulik (1962) se arriesga a ello, definiendo sequía agrícola como el «período durante el cual sólo hay 19mm de agua disponible en los primeros 20 cm de suelo».
Este tipo de sequía, por depender no sólo de las condiciones meteorológicas, sino también de las características biológicas del cultivo y las propiedades del suelo, no es equivalente a la sequía meteorológica. Si los niveles de humedad en el subsuelo son suficientes para proporcionar agua a un determinado tipo de cultivo durante el período que dure la sequía meteorológica, no llegará a producirse una sequía agrícola.
Sequía hidrológica:
Hace referencia a una deficiencia en el caudal o volumen de aguas superficiales o subterráneas (ríos, embalses, lagos, etc.). Al producirse un desfase entre la escasez de lluvias o nieves y la reducción del caudal de ríos o el nivel de lagos y embalses, las mediciones hidrológicas no pueden ser utilizadas como un indicador del inicio de la sequía, pero sí de su intensidad.
Fuente: http://www.pronacose.gob.mx/pronacose14/Contenido/Documentos/SequiaDefinicionesTipologia.pdf
La sequía a nivel de ciudad es considerada desde la etapa D1, pero declarada como sequía severa desde la etapa D2 y ésta se va incrementando en la mayoría de los casos hasta llegar hasta la etapa D4 y de ahí disminuyendo hasta llegar nuevamente a la etapa D0 (Figura 10.2).
Fuente: http://www.pronacose.gob.mx/pronacose14/contenido/documentos/PMPMS%20Ciudad%20de%20Chihuahua.pdf (figura 10.2 y 10.3)
- http://www.pronacose.gob.mx/pronacose14/contenido/documentos/PMPMS%20Ciudad%20de%20Chihuahua.pdf (Pág. 31-40) 2. (Pág. 40-41) 3.(Pág. 41-42)
4-Lluvia Sólida à http://lluviasolida.com.mx/
5-Iniciativa Mixteca, Oax. à http://www.cedicam-ac.org/#!inicio/c18wk
- Sequías CONAGUA Información quincenal por municipiosà http://www.pronacose.gob.mx/Contenido.aspx?n1=4&n2=16&n3=16
- SMN Información general quincenal, del país à http://smn.cna.gob.mx/es/climatologia/monitor-de-sequia/monitor-de-sequia-en-mexico
- Temperatura Superficie del Mar(TSM)à http://smn.cna.gob.mx/es/climatologia/diagnostico-climatico/enos
- Precipitación pluvial: promedio histórica mensual-anual (2004-2016)
http://smn1.conagua.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=12&Itemid=77
- Desalinización de agua de mar à http://www.redalyc.org/pdf/3191/319131309008.pdf
Programa de Acción Nacional contra la Desertificación. Agosto 2008
SEGUNDA PARTE: DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN EN ESPAÑA
- FACTORES Y PROCESOS DE LA DESERTIFICACIÓN EN ESPAÑA
El desarrollo actual de los procesos de desertificación en España es consecuencia de una combinación de factores naturales y humanos, presentándose a continuación una breve síntesis de dichos factores y de los procesos que desencadenan, como punto de partida
necesario para el análisis y evaluación de las acciones de control aplicadas, así como para la formulación de nuevas estrategias. La figura nº4 intenta representar los factores que contribuyen a la desertificación.
Leer articulo completo: http://www.mapama.gob.es/es/biodiversidad/publicaciones/pand_agosto_2008_tcm7-19664.pdf
Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles N.º 61 - 2013
Mª Eugenia Pérez González y Mª Pilar García Rodríguez
- INTRODUCCIÓN
Desde la década de los ochenta del pasado siglo en el que se lanzaron varios satélites
aplicados a estudios de recursos naturales se ha visto que estos resultan de gran utilidad para hacer un seguimiento de problemas de degradación y erosión en suelos. En los últimos años el acceso a imágenes de diferentes sensores caracterizados por altas resoluciones espectrales, espaciales y/o temporales permite analizar estos problemas desde distintos enfoques.
La degradación de suelos representa un grave problema medio ambiental y debe ser
abordado mediante información espacial actualizada. Por degradación se entiende la pérdida total o parcial de la productividad, cuantitativa o cualitativamente, como consecuencia de procesos de erosión, contaminación, agotamiento de nutrientes, etc. (FAO, 1984).
En este artículo se sintetizan algunas de las aplicaciones, en el campo de la edafología,
de los sistemas de teledetección dedicados a recursos naturales. Aunque la diversidad de
sensores embarcados en satélites medioambientales es cada vez mayor, los más utilizados en estudios de degradación se recogen en el cuadro 1 y se especifican las características de cada uno de ellos.
Al seleccionar imágenes para un determinado estudio es muy importante considerar la
resolución espacial, temporal, espectral y radiométrica de cada sensor. Así, los sistemas con alta resolución temporal (Modis, NOAA, Ikonos, Quick bird, Oberview, etc.) permiten hacer un seguimiento continuado de los distintos procesos que afectan al suelo: erosión, áreas afectadas por incendios, deforestación, regeneración de la vegetación, etc. lo que facilita el rápido desarrollo de planes de actuación que minimicen el impacto en el suelo. Estos sistemas suelen tener una baja resolución espacial, por lo que se emplean para estudio a escala regional o global.
Los sistemas con media y alta resolución espectral son útiles en estudios de contaminación, hidromorfía y salinización, ya que las bandas infrarrojas discriminan la humedad del suelo y las sales en superficie. Cuando los canales espectrales son estrechos y numerosos se puede detectar la presencia de contaminantes químicos. Además, algunos de estos sensores (embarcados en los satélites Landsat, Aster, NOAA o Envisat) tienen bandas en el espectro del infrarrojo térmico que son también muy útiles en el seguimiento de incendios, estrés hídrico del suelo y microclima. Estos satélites se utilizan es estudios a escala regional y local.
Los sistemas con alta resolución espacial (Spot, Ikonos, Quickbird, etc.) permiten un
buen análisis del sellado, de la salinización, erosión y cambios de uso en el suelo. Se emplean en escalas locales, para estudios de detalle, ya que en algunos casos el alto coste de las imágenes hace difícil su adquisición en investigaciones de áreas extensas.
OBJETIVO
El objetivo del estudio es mostrar cómo, actualmente, la teledetección espacial es una
técnica imprescindible para el estudio y seguimiento de algunos de los principales problemas de degradación de suelos. Para ello se han seleccionado algunas áreas afectadas por estos problemas, la mayor parte situadas en la Península Ibérica, aunque también se han seleccionado otras de diversas partes del mundo debido a su interés en temas de contaminación y perdida de vegetación.
Se han analizado aquellos procesos de degradación en los que las imágenes de satélite
pueden ofrecer mayor información: contaminación, pérdida de materia orgánica (incendios, deforestación, cambios de uso), salinización, erosión, sellado y movimientos de agua (hidromorfismo, inundaciones).
Quiere destacarse también la ventaja de la teledetección para ofrecer resultados cartográficos elaborados a partir de la captación de amplias regiones del espectro electromagnético (canales visibles, infrarrojos medios y térmicos), aunque su visualización impresa en escala de grises menoscaba su resultado. Así la cartografía temática obtenida mediante teledetección resulta complementaria a otras tecnologías de la información geográfica, pero es la única que permite detectar algunos procesos ambientales que escapan a las fotografías aéreas convencionales o imágenes elaboradas con el espectro visible.