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Categoría: Incendios Forestales Guía práctica (CONAFOR)
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Incendios Forestales Guía Prácatica

(CONAFOR)

Cap. 3. Prevención, Detección y Combate

Acciones preventivas

 

Para detectar los incendios contamos con...

La batalla contra el fuego (acciones de combate)

Como primer paso, el personal especializado realiza actividades de reconocimiento para obtener información detallada del incendio: ubicación exacta, tipo de incendio, dimensiones, velocidad de propagación, valores en riesgo, superficie afectada, condiciones meteorológicas, topografía, tipo de material combustible que se quema, vías de acceso y vías de escape.

Luego se hace una evaluación previa del operativo, que implica:

Una vez en el terreno, se realiza una evaluación de campo para:

 Los métodos de combate

El Combate directo se realiza en el borde del incendio, sobre los combustibles y las llamas, si éstas no son mayores a 1.5 metros de altura. Se enfría el combustible con tierra y agua, o con químicos. También puede cortarse la continuidad del combustible en forma horizontal. Se practica en incendios incipientes, superficiales o en focos pequeños de un incendio mayor en los cuales no haya demasiado desprendimiento de humo y calor. Para ello se emplean herramientas de sofocación, de corte y de raspado.

 

En el Combate indirecto se construye una brecha cortafuego a cierta distancia del borde del incendio. También se aplican espumantes o retardantes químicos, cuando la flama rebasa 1.5 metros de altura. Con el método indirecto, que se lleva a cabo cuando el calor y el humo son muy intensos, deben aprovecharse todas las barreras naturales y artificiales presentes, y se construyen las líneas de fuego que sean necesarias para completar la línea de control.

 

Categorías para incendios:

Nivel I. Los incendios de pequeña dimensión. Para ser controlados requieren sólo de la participación de las brigadas de las instituciones oficiales responsables en el estado (CONAFOR y gobierno estatal) y de personal voluntario de las comunidades.

Nivel II. Incendios de proporción mediana. Para ser controlados requieren de la participación de otras instituciones como Protección Civil, Secretaría de la Defensa Nacional, Gobierno municipal y otras instancias del Gobierno estatal, así como personal voluntario de la sociedad.

Nivel III. Incendios de magnitud. Requieren de la participación y recursos de otras instituciones del Gobierno federal (SEDENA, Protección Civil, SCT, Comisión Nacional del Agua, SEMARNAT, e inclusive se llega a requerir de ayuda internacional con brigadas, equipo especializado y aéreo (Estado de Emergencia Internacional) y personal voluntario de organizaciones del sector social y privado.

 

Los Combatientes

Una labor de riesgo

Todo combatiente de incendios forestales está expuesto a riesgos por el simple hecho de enfrentar el fuego. El cuerpo humano puede sufrir quemaduras en diferentes grados a causa del contacto directo con las llamas o con los objetos ardientes que suelen desprenderse. También la exposición a grandes niveles de calor ocasiona el mismo tipo de lesiones.

Otros peligros potenciales:

 

Normas de seguridad

Hay circunstancias que incrementan las posibilidades de que ocurran sucesos trágicos como las acciones de combate mal organizadas, las condiciones del terreno o un mal uso del equipo y la herramienta.

 

El valor más importante durante las tareas de combate de incendios es proteger la vida humana. Un trabajo bien planificado y ejecutado anula cualquier riesgo para la seguridad de los combatientes.

 

Por ello, desde que el medio de transporte deja a los integrantes de la brigada en el lugar del operativo hasta que termina su trabajo, deben aplicarse con rigor las siguientes normas de seguridad:

Prendas de protección

Alertas

El brigadista debe estar atento a los riesgos en las siguientes situaciones cuando:

  1. Se construye una línea cuesta abajo hacia el incendio.
  2. Se combata el incendio por la ladera del cerro, donde material rodante puede iniciar focos secundarios, cuesta abajo.
  3. El tiempo se ponga más caluroso o seco y no se cuente con agua para beber.
  4. Se encuentre entre la línea de fuego con bastantes combustibles secos y no quemados entre él y el incendio.
  5. Se ubique donde la topografía y los combustibles dificulten el libre paso para llegar a la zona de seguridad.
  6. Sean frecuentes los focos secundarios cerca de la línea de fuego.
  7. Si no conoce los factores atmosféricos locales que influyen en el comportamiento del incendio.
  8. Si se intenta realizar un ataque directo frente al incendio, puede ser envuelto por las llamas.
  9. Si tiene sueño y ganas de tomar una siesta cerca de la línea de fuego.
  10. En caso de que se tenga desconocimiento de estrategias, tácticas y comportamiento peligroso, por lo que no ha sido posible establecer un plan de ataque.
  11. Ante la presencia de los focos calientes (cenizas calientes o rescoldo).

 

Programa Nacional de Protección Contra Incendios Forestales

En México contamos con el Programa Nacional de Protección contra Incendios Forestales y cada uno de los estados de la República tiene un centro que trabaja para prevenir, detectar y combatir los siniestros. Estas labores se realizan bajo la coordinación del Centro Nacional de Control de Incendios Forestales (CENCIF), que pertenece a la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

El Programa Nacional fue creado en el año de 1972, pero desde 1992 la Comisión Nacional Forestal es la encargada de aplicarlo, en coordinación con los gobiernos estatales y municipales. La misión es proteger los recursos forestales para que los incendios no los destruyan.

¿Cuáles son las responsabilidades de éste programa?

 

¿Quiénes deciden las políticas y estrategias en materia de incendios forestales?

Grupo Intersecretarial de Apoyo para la Protección contra Incendios Forestales

Están alertas para la atención a los incendios...

Manejo del fuego

El manejo del fuego es un concepto que surge para hacer frente a los problemas que causa, siendo un elemento de la Naturaleza considerado tanto dañino como benéfico en los ecosistemas forestales. El enfoque que se incorpora a las políticas públicas, ante la necesidad de utilizarlo en diversas actividades productivas. Se trata de visualizar el problema de los incendios forestales bajo una nueva óptica, con perspectivas integradoras para la atención de fondo, lo cual implica un gran esfuerzo institucional que incluso rompe con paradigmas.

 

Sin embargo, tal enfoque no resulta ser la única solución para hacer frente a la amenaza que representa la ocurrencia de incendios, pues en la actualidad podemos observar importantes alteraciones en los ciclos del fuego, debido, principalmente, al crecimiento poblacional, a la producción de energía y al desarrollo urbano, así como a la explotación minera y el cambio climático, además de la transformación de la vegetación natural hacia sistemas agrícolas y ganaderos. Es necesario, además:

 

 

En ese contexto, la comunidad internacional se ha organizado en torno a este desafío y como respuesta ha establecido una serie de principios y acciones estratégicas, a través de las cuales se busca lograr, lo mejor posible, la ordenación, conservación, protección y manejo sostenible de los recursos forestales.

 

Entre las líneas de acción que se han definido para cumplir con tal objetivo, están las directrices para el Manejo del Fuego, surgidas como recomendaciones de la Cumbre Internacional sobre Ordenación Forestal Sostenible y del Comité Forestal FAO (COFO), realizadas en marzo de 2005.

 

El Manejo del Fuego plantea la integración holística de los programas de protección contra incendios forestales, el uso del fuego, la conservación de la biodiversidad, las necesidades de las comunidades rurales que utilizan el fuego y la preocupación de quienes se ven afectados por él.

 

En resumen, este enfoque considera:

-Los tres componentes técnicos del manejo del fuego (prevención, supresión y uso),

-Los atributos ecológicos del mismo (régimen de fuego ecológicamente adecuado), y

-Las necesidades socioeconómicas y culturales de las comunidades rurales que hacen uso del fuego, junto con los impactos negativos que los incendios pueden tener para la sociedad.

 

Las autoridades mexicanas han incluido dichos criterios como parte del Programa Forestal 2025 y en la Estrategia Nacional de Cambio Climático, así como dentro de los alcances del programa ProÁrbol.

Usos del fuego

Resulta de gran importancia reconocer y comprender el papel que juegan los usos y necesidades tradicionales en torno al fuego. Bajo la perspectiva del manejo, más allá de trabajar en contra de éstos, puede ser más práctico modificar el uso que actualmente hacen de él las comunidades, ya sea al mitigar los impactos negativos o incluso si se explotan las prácticas existentes para facilitar el logro de los objetivos de manejo del fuego y de las metas de conservación.

 

Además de las implicaciones que atrae la tradición, existen otras acciones que también están consideradas dentro del Manejo del Fuego, como las relacionadas al manejo de combustibles con el uso de quemas prescritas, y que consisten en la aplicación del fuego bajo condiciones controladas y pronosticadas (tiempo atmosférico, combustible) para lograr objetivos de conservación y/o manejo de ecosistemas forestales, utilizando los métodos de uso del fuego previstos en la NOM-015.

 

De esta manera, con los conocimientos y experiencia que se han generado en los últimos años, se ha encontrado que se trata de una herramienta cada vez más importante en el mantenimiento y la restauración de ecosistemas dependientes del fuego, dentro de las áreas naturales protegidas, en la protección de la infraestructura y salud humana, en paisajes propensos al impacto de los incendios, y en el manejo de operaciones agrícolas y forestales de gran escala.

 

El fuego también tiene otros niveles de aplicación, sin embargo, hasta ahora, pocos dirigen sus actividades a los objetivos de Manejo del Fuego. Esto incluye por ejemplo quemas controladas, que, a diferencia de las quemas prescritas, no llevan un soporte de monitoreo y control de las condiciones durante su implementación. Tal es el caso de las quemas agrícolas, que pueden o no estar auxiliadas por líneas de control, lo que puede resultar en un incendio forestal.

 

Finalmente, otro ejemplo del uso del fuego son los incendios prescritos, que implica aprovechar la labor ecológica de los incendios presentes en las áreas silvestres y, mediante una observación y monitoreo se puede incluso “contener” el fuego en zonas específicas de manejo.

 

Principios internacionales para el manejo del fuego

Económicos

Ambientales

Las interacciones entre el cambio climático, la cubierta vegetal y los regímenes de incendios deben conocerse y considerarse apropiadamente en la planificación y aplicación del uso del fuego. El fuego debe manejarse de manera ambientalmente responsable para asegurar en el futuro, el adecuado funcionamiento y la sostenibilidad de los ecosistemas.

Institucionales

Todas las actividades de manejo del fuego deben basarse en un marco legal y con el respaldo de políticas y procedimientos claros.

Amplia participación

El manejo acertado del fuego requiere métodos participativos de dirección y gestión que sean convenientemente compartidos por el público y los propietarios de las tierras, los servicios de incendios y las comunidades interesadas.

Cooperación

Pocas naciones y ningún organismo o comunidad individual tienen la capacidad para manejar todas las situaciones. Como los incendios afectan normalmente a varias jurisdicciones, los organismos deben desarrollar acuerdos cooperativos para mitigar los efectos que traspasan las fronteras.

Transferencia de conocimientos

El acceso a los conocimientos y su aplicación apropiada son fundamentales en todas las actividades de manejo del fuego y los regímenes del fuego.

 

Prevenir los incendios forestales

Paseantes:

Campesino, agricultor, dueño de terrenos

forestales: